Alianza Producción

Foto Mario Valencia

¿Transformar sin reformar?

Mario Alejandro Valencia

Todas las candidaturas presidenciales coinciden en que la situación económica y social del país es muy mala. Por eso resulta lamentable que quienes buscan ganar las elecciones a punta de demagogia no se hayan comprometido seriamente con las reformas necesarias para encauzar al país en un crecimiento sostenido que lleve al progreso, comenzando por una reforma tributaria.

1) El recaudo colombiano es menor al promedio de los países de América Latina y su gasto público es menor al promedio de sus socios ricos (y desarrollados) en la OCDE. Enfocarse en reducir la evasión, eliminar exenciones injustificadas, establecer tarifas diferenciadas a empresas y aumentar la progresividad en la renta de personas sería un buen comienzo. Pero incluso esta sería la reforma fácil, porque la realmente compleja sería la de mejorar la eficiencia del gasto. Ni siquiera hablemos de combatir la corrupción, porque es lo mínimo que las personas decentes esperamos de cualquier gobierno. Aunque claramente no será un trabajo de populistas, sino un cambio cultural profundo. Con más recursos públicos y mejor invertidos, se esperarían al menos cuatro reformas adicionales en materia económica.

 

2) Ningún país de nuestra región ha hecho tantos compromisos frente al cambio climático que Colombia, pero ninguno ha hecho tan pocas acciones y ha dispuesto de tan pocos recursos. La transición energética obliga a reemplazar los recursos de las exportaciones y de los ingresos fiscales por inversiones en sectores productivos. Estas inversiones deben orientarse a investigación en ciencia y tecnología que permitan superar el esquema actual de vender materias primas para comprar manufacturas. También a brindar créditos de fomento a iniciativas privadas que demanden mano de obra con formación técnica y profesional. Así detonamos un proceso que sustituya las exportaciones básicas por las de valor agregado, reduciendo la dependencia extractiva.


3) Evaluar la política comercial del país. El comercio interno será más atractivo en la medida en que se aumente la capacidad de crear riqueza nacional y el consumo financiado con trabajo. El comercio exterior será más justo incrementando la oferta exportable que reduzca importaciones innecesarias. Es urgente crear una misión del comercio y sus acuerdos internacionales.

4) La reforma laboral debe ser la consecuencia del fortalecimiento del empresariado del país, no al revés, como sugiere la Misión de Empleo. La regulación laboral debe adaptarse a formas más prácticas de vinculación y retiro en las organizaciones, sin desproteger al trabajador. Esto lleva a la última.

5) Crear un sistema de seguridad social universal y público es el requisito indispensable para trasladar una parte de los costos desde las empresas hacia al Estado. Y este nos devuelve al punto uno de una reforma tributaria que aumente el recaudo para financiarlo.

Ignorar una sola de estas reformas es repetir cuatro años más de gobiernos que condenan al país al atraso y la inequidad.

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